sábado, diciembre 08, 2012

Hoy es uno de esos días...
Esos días que te hacen tambalear la estantería.
Esos días donde uno siente que la soledad está más recalcitrante que nunca...
Donde el trabajo diario para mantenerse armónico tiene su día de exámen.
Donde la realidad mundana y pasajera, nos suena persistente y dispuesta a quedarse unos días de vacaciones en nuestro pequeño espacio personal.

La vista se nubla, el cuerpo se cansa, la mente nos tienta para el desaliento.

Y, a pesar de todo, vislumbro esperanza... calma. Aunque todo parezca arremolinado intento ver ese punto que encuentro cuando hago equilibrio, ese punto en el entrecejo cuando medito... siempre está quieto, en paz, en sincronía total con el universo. Allí donde nada puede entrar, donde reside la fuerza... todavía me aferro a él como se aferran al mástil en la tormenta.

sábado, agosto 11, 2012

El Miedo

Hay que aprender a diferenciar la realidad de la fantasía.
A veces hay miedos que nos carcomen, que vemos como una profecía que se cumplirá sí o sí, lo confundimos con una intuición, con una percepción veraz. estamos seguros que ese miedo es una revelación de algo que ocurrirá indefectiblemente, ya sentimos el dolor, la perdida, hasta la muerte! antes de que suceda... y el sentimiento tan fiel, solo acentúa la creencia de que esto sucederá.

 Lo confudimos con una intuición. La intuición es otra cosa. Es como una brisa, un microsegundo de certeza que parece nos fuera susurrado y luego se va. Siempre nos deja la libertad de tomarlo o dejarlo... por lo general, siempre sucede aquello que nos pareció presentir, que vibramos desde algun aspecto, pero no le dimos importancia. Nos acostumbramos a los sentimientos fuertes, a los cachetazos filosos y contundentes del miedo. Es que el miedo se aferra y no nos deja y nosotros seguimos alimentándolo con nuestro pensamiento... Soltemos!!!!! Liberemos la energía en confianza al universo y todo fluirá para nuestro bien y para lo mejor. Y la intuición, seguramente, se desarrollará con mayor fuerza, con bondad, con luz, con toda la energía que desperdiciamos en pensamientos circulares.

Para empezar hay que buscar la fuente del miedo: que el pánico no nos aprisione sin sentido... no lo permitamos!!! el objetivo del pánico e snublar los sentidos para que no podamos pensar ni racionalizar (de esta manera gana él...) si pensamos un segundo tan solo... éste desaparece. Entonces, dónde esta la fuente del miedo? en nuestra infancia? en nuestros padres? en nuestro entorno cultural, religioso? el miedo no viene de afuera y se apodera de nosotros... El miedo surge desde lo profundo de nuestro ser, de nuestra historia, de creencias que hemos armado, que nos han inculcado, de una mitología familiar, urbana. Paradigmas que debemos quebrar, porque los humanos estamos destinados a evolucionar!!! Solo hay que atreverse a ser uno mismo, por fin.
Es hora de revisar, analizar, perdonar, agradecer y amar... y seguir creciendo... no tener miedo de crecer, de ser nosotros mismos, de una vez por todas.

lunes, junio 11, 2012


Lo bueno de haber sido niño son los recuerdos. En ese momento uno piensa que lo pasa fatal, obedeciendo a los mayores, siguiendo legados que no entiende, no pudiendo ser uno mismo en ninguna circunstancia social.

Luego pasan los años y ese mundo que uno veía como un cuento de hadas se va transformando… nuestra mirada se va develando y nos muestra la calle, las personas, como realmente son… y del cuento de hadas pasamos a la película dramática.

Creo que es más fácil ser uno mismo (no están los padres para impedírnoslo ni para protegernos del vuelto) Pero se sale al ruedo, se enfrenta el viento de frente, se siente frío, se siente hambre, se siente la soledad cruda y áspera…

El sistema nos capta en sus engranajes y es imposible darle vida a todas las utopías que nos alentaban a querer crecer de una vez por todas.

Después de las primeras bofetadas de realidad, podemos recurrir a la memoria emotiva y rescatar aquellos momentos inocentes, felices, genuinos, donde en realidad éramos nosotros mismos, en nuestra cabeza, cuando estábamos solos, en aquella habitación, la única habitación que recordaremos como nuestra desde el rincón del armario hasta el último centímetro de pared.

Y esos sueños, recuerdos, nos devuelven la primer mirada, son la bocanada de oxígeno que precisamos para poder cambiar algo, para creer que el mundo aún puede ser ese lugar que alguna vez soñamos sin siquiera verlo

martes, marzo 20, 2012

Me llama la atención esas personas que te aconsejan sin que les pidas su consejo...
Esos ajenos a tu vida, los que no estan en tu piel, los que no sufren, los que no tienen la misma inteligencia emocional de uno, por ende, no pueden tener una idea certera acerca de como se sienten las cosas, de como se interpreta la realidad. ¿Por qué antes de aconsejar no comprenden?

El consejo que surge cual acto reflejo por ser mero espectador de la vida de otro no es otra cosa que una necesidad de alimentación del ego, que al no tener estímulo (porque si se está pendiente de lo que hace el otro, quiere decir que mucha actividad no tiene en su vida) inmediatamente necesita demostrar que "algo" sabe al respecto; que él/ella es mejor que uno, porque sabe como resolver la situación, por algo aconseja. Y seguramente, pensarán que su vida es mejor que la de uno! "Pobre tipo, mejor le digo como tener una vida fantástica, lo aconsejo..."

A todos esos consejeros, ni siquiera les doy las gracias, porque seguiría alimentando ese super ego famélico que clama reconocimiento. Solo les digo: sigan su camino...
Cuando quiero un consejo, busco a aquel callado, al silencioso que pasó por tantas cosas, a aquel que vibra armonía, porque luchó para conseguirla. Al que sabe que su consejo es valioso y buscado, por lo tanto no lo desperdicia, no lo tira al aire, sino que, cual tesoro, espera a que lo encuentren.

viernes, marzo 16, 2012



Que extraño cuando una persona se va... porque en un minuto, un segundo, desaparece... se esfuma de nuestra vida. Quedan fotos, filmaciones. Quedan cartas. Y uno no puede entender como ese reflejo, ese pulso, esa voz, ya no existen. Se siente un vacío inmenso, un agujero negro. Un misterio profundo de la vida, oscuro, innombrable.
Queda su ropa, su perfume, su almohada... y ella? dónde está? Queda todo de ella, menos ella.

miércoles, marzo 14, 2012

A veces me pregunto si las etiquetas que nos han dado no nos marcan un camino, una conducta, una forma de vida… porque, ¿cómo ignorar un mote, un estigma existencial, un diagnóstico
avalado con número de matrícula y título universitario?
El ritmo del mundo actual aplasta, frustra, vapulea. Algunos pueden seguir estas reglas y otros
no. Otros se resisten, y la corriente los arrastra, los lastima y los etiqueta. Para que todos vean que aquellos que no pueden seguir las simples reglas del sistema no pueden ser parte de él; no son ejemplo para nadie.

Entonces viene algún personaje con autoridad, otorgada por el sistema, y él nos analiza, busca en un gran libro de etiquetas cuál es la mejor definición para alguien que no se adapta a la tiranía del juego de los poderosos y nos pregunta acerca de nuestras conductas, formas de percibir el mundo, la realidad y luego, da un diagnóstico: “Usted padece X. Para poder contrarrestar esto y que usted logre aceptar el sistema, y su cuerpo y mente no se resientan, ni resistan a la presión, debe tomar esta medicación, que logrará que los químicos de su cerebro puedan tranquilizarse y de esta manera su adaptación será perfecta!”

Me pregunto si los rótulos que nos han impuesto no han alimentado nuestras fantasías, no han
marcado un camino caótico… ¿no nos habrán condenado a padecer una serie de sintomatologías que ellos mismos nos dijeron con nombres y detalles?
¿Qué sería de la vida sin etiquetas? ¿Sin rótulos que nos condenen a
llevarlos por doquier? ¿Acaso no sería más liviana la carga? ¿Podríamos ser de una vez por todas nosotros mismos?